viernes, 7 de noviembre de 2014

Mil y una hora

           
           Mil y una hora







            Mil y una horas trabajamos en un proyecto en el que disfrutas. Esos minutos invertidos que no te duelen haberlos perdidos en otros hobbies o momentos de tu vida, pues es lo que realmente te gusta. Ese trabajo que sueñas que pronto saldrá a la luz. Tus amigos y familiares se sentirán orgullosos y con miedo les pedí sus críticas. Mientras creé viví en un sueño, ahora ya finalizado, cambia tu mundo. Ese buen sueño se convierte en pesadilla.
            Te expuse a empresas, que por lo general, te apreciaban y apuestan por nosotros. <<¡Fabuloso! ¡Mi tiempo invertido ha servido para algo!>> Pero no es así. Después comienza un trabajo interminable. Vender y ganar. Ese fue el objetivo. Tu sueño de vivir se hizo realidad, pero poco a poco ese sueño perdió importancia y olvidé el por qué lo fuiste creado. Además si sumas que aquella empresa que apostó por nosotros que parece no involucrarse demasiado, a excepto para llevarse el dinero bien fresquitos, todo comienza a verse en una escala de grises.
            ¿Cuándo te perdí? ¿Cuándo comencé a atragantarme? Mi proyecto nació y como todo padre a su hijo, me siento orgulloso por lo que consigues en la calle. Lo estoy. Lo amo y no es orgullo lo que siento cuando me dicen que mi pequeño regala sueños o momentos donde aquellos que lo conocen pueden desinhibirse de este mundo. Un chaval que antes de andar enamoró a dos personas y lleva su nombre tatuado en su corazón. Que su alma aun arde como las plumas de fuego de un ave fénix. Incluso su defectos han sido transformados en peculiaridades entre sus amigos. Risa, nervios y lágrimas inmortales que grabadas en las almas de los que lo conocen. Me paran por la calle comentando por donde siguen sus pasos. Oh hijo mío, cuando te perdí de vista, volaste de mi lado y sin que me diera cuenta ya desaparecías por el horizonte desplegando tus alas. Vuela pues para eso te he creado. Conoce mil casas y otras mil. No te preocupes pues yo siempre diré orgulloso que tú eres mi hijo. Lucharé para que tus alas no sean cortadas. Combatiré en cientos de batallas que seguro perderé y seguiré intentándolo. Si es preciso sangraré por ti, pues eso es lo que hace un padre. Luchar por los hijos y tú aunque no seas de sangre y hueso y tu corazón sea de tinta. Siempre podrás decir que yo soy tu padre.
Aún recuerdo el día que puse punto y final, ese día, en tu nacimiento. Estabas completo y perfecto. Me quedé mirando, tu cara, con la mirada perdida y no pude evitar aquella lágrima. Esto seguro que tus personalidades, que son una veintena, se reirías al verme. Es cierto, yo también me reí al darme cuenta que lloraba por haberte creado. Nunca pensé que nunca sentiría lo que sentí aquella noche de madrugada.
No ha pasado ni un año y no puedo creer que tú solito hayas conseguido que gente de otros países me escriban comentando lo bien que lo pasasteis juntos. Argentina, Cuba, Rusia, China…. Lugares que no puedo imaginar que yo pueda ir jamás. Tú enseñaste 5500 palabras y enamoraste a todo aquel intrépido que leyó en ti una frase. Piden a gritos que sigas hablando y los trasportes a un mundo, muy diferente al suyo. Te agarran por las noches, al calor de un foco, y te piden que les enseñes a volar y cuando lo haces, maldicen las horas que son y deben dejarte junto a su cabezal y cierran los ojos. Rezan para que la historia continúe mientras siguen durmiendo y a veces lo consiguen pero tú le muestras el verdadero camino.
Gracias hijo. Sigue volando y continúa con tu viaje. Pues lo bueno de no ser de carne y hueso es que durarás lo que el destino te haya reservado para ti. Yo terminaré como todos los hombres pero seré un hombre orgulloso por lo que esa noche, de invierno, cree.

Para terminar, solo quería pedirte que, digan lo que digan, hagas lo que hagas, tu padre siempre estará aquí para seguir luchando por ti.       

3 comentarios:

  1. Snif, qué bonito. Espero que mi 'gestación' también salga adelante y tenga una niña a la que amar y repartir por el mundo, rodeada de buena compañía ;)

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  2. Sigue volando y continúa tu viaje... Amor más que de carne y hueso <3

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  3. Creo que este va a ser el primer comentario que escriba en tu blog (¡hay tantas cosas que leer y es tan difícil ser capaz de llevarlo todo al día...!) pero me parece que no hay mejor entrada que esta para hacerlo.
    Supongo que todos los que nos dedicamos a contar historias de una manera u otra hemos acabado sintiendo eso mismo que tú describes. Cada uno con sus propios matices pero en esencia ese mismo sentimiento, esa mezcla de inseguridad, temor, alegría y orgullo. Sobre todo orgullo por ver cómo algo así ha salido de uno mismo y llega a tocar los corazones de tanta gente.
    Me has despertado sentimientos antiguos con esta entrada, y en parte te lo agradezco. Me ha gustado mucho.

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