Salvajes
Un beso robado en sus labios. Ya llevaba tiempo mirándolos
y sabiendo que me gritaban que los mordiera. Creo que no es atracción, ni química
lo que nos atrae. Nuestros mundos son muy distintos. Yo del infierno y ella una
soldado de los celestiales. No me importa que su labio comience a sangrar por
mi pasión. La lujuria es una dama con modales pero salvaje. Ella me abofetea y
me estampa en la pared y me quita la chaqueta. Me besa intentando igualar
nuestras fuerzas. Luego para y me vuelve a abofetear. La miro con el ceño
fruncido y le golpeo. Me da un cabezazo y me tira al suelo.
- ¿Quieres jugar?
- Nunca te daré lo que buscas. – Me contestó la valkiria.
Me puse en pie y me lanzo a ella, derribándola y
tirando la lamparita que había en la mesa del pasillo. Los cristales se le
clavan en las manos y sonrío. Su cara era una mezcla de ira y fuego. se puso en
pie y se arrancó una de las esquirlas de porcelana de su palma. Me la lanzó a la
cara y corrió hacia mí. Saltó y con sus dos pies me golpeó en el pecho y salí
disparado cayendo sobre la mesa del salón. Ya no volveré a poder comer allí. Se
puso sobre mí y me volvió a besar. Ahora fui yo quien le quitó la camisa, en realidad
de la arranqué haciendo que los botones salieran por los aires. Le apreté sus
pechos y alzó un pequeño grito de dolor. Sacó de su bota un pequeño cuchillo y
me rajó la camiseta. Por un momento creí que me iba a desollar como un conejo. Le
agarré de la muñeca para precaver un ataque y ella al parecer no le gustó. Puso
su rodilla en mi pecho e intentaba ahogarme. La quité de encima con dándole un
puñetazo en la cara y me puse en pie. Esto no había acabado.
Se puso en guardia y la imité. Unas sonrisas y
nuestras miradas. Dos animales dispuestos y predestinados a estar separados y
sin poder resistir que nuestros cuerpos pida el placer del otro.
Me llevé la mano a la espalda pero no encontré mi
revolver. Ella me lo había quitado y me estaba apuntando. Vi como giraba el
tambor y como la bala salía del cañón para agujerearme. Salté a un lado y el
relleno del sofá volaba. Gastó toda la recámara y corrí a por ella. Tenía unas
horribles ganas de matarla y de ensartarla con mi miembro. La agarré del pelo y
la estampé contra la pared. Su nariz sangraba dejando la marca en el yeso. Le di
la vuelta y agarrándola del cuello, le deslicé mi lengua por la cara hasta el
lóbulo de su oreja. Sentí su mano desabrochándome el botón del pantalón y los
dejó caer a mis pies. Me agaché para hacer lo mismo con mi boca pero a cambio
recibí un rodillazo. El sabor a hierro inundaba mi boca. No me importó pues
conseguí que su vaquero quede en la tarima y pude ver su lencería oscura. Menudo
cuerpo, por algo era celestial…
Me empujó con su pie clavando el tacón de su bota en
mi pecho. Caí, sentándome en el suelo y ella se lanzó. Me di un buen golpe en
la cabeza contra la pared y su lengua bailaba con la mía. Giramos en el suelo, tirándonos
del pelo y mordiéndonos. Con cada marca en mi cuerpo que me hacía más fuego
había entre nosotros. Bofetadas, codazos y patadas, nada era con delicadeza. Nuestras
bocas intercambiaban nuestras salivas con plasma. Girar sin parar. El suelo no
era suficiente para nosotros y la pared fue nuestro nuevo mundo y conquistado
ese seguimos en el techo. La lámpara cayó al suelo y nosotros gemíamos como
bueyes en celo. Con cada envestida perdía parte de la escayola de mi reducido
apartamento.
Estaba a punto de terminar cuando ella me golpeaba
con el puño cerrado en el pecho y cara. Caímos al suelo y la empotré contra la
barra de la cocina. Allí de espalda lo tendría más difícil.
Acostados en la alfombra, mirando hacia arriba, intentábamos
recobrar la respiración. Nuestras heridas aun sangraban y nuestros cuerpos desnudos
intentaban recobrar su temperatura original y así dejar de sudar.
- Creo que tendré que redecorar el apartamento.-
dije viendo nuestro destrozo.
- Te odio. – Contestó la inspectora.
- ¿Echamos otro?- Su mirada me confirmó que también lo
deseaba.
Espero no cruzarme con ninguna chica como esa jamás, ¡no le duraría ni medio asalto!
ResponderEliminarMe ha encantado!! Sexo salvaje!! Pena que Balam no sea real jajajaja 😋 Dos animales dispuestos y predestinados a estar separados y sin poder resistir que nuestros cuerpos pida el placer del otro.
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