viernes, 23 de enero de 2015

De plata a rojo


De Plata a Rojo



En la vida nos espera demasiadas sorpresas para poder soportarlas. Amores donde lo apuestas todo y pierdes, amigos que vienen y otros que se van. Después de una larga vida sólo recordarás a un puñado de personas los cuales han ido moldeándote. Cuando tengas setenta años olvidarás a todos ellos y echarás de menos a una simple persona. Tu única amada. Puede ser la alma compañera de todo el viaje al que llamamos vida o quizás una muchacha culpable de hipnotizarte con su sonrisa en el momento más adecuado para ella. Su rostro serás lo último que verás en este mundo.
            He vivido demasiado para ser una persona como yo. Aún no creo merecerme aquel regalo. Poder sentir su aroma cada mañana y poder besarle con los primeros rayos del sol. En estos tiempos me llaman “Romántico” o eso dicen mis nietos.
<<Oh dioses, ¿Por qué me castigáis con esto?>>
            Después de una gran escena a punto y un tiempo escondido yo seré el que verá su entierro. Mis hijos y nietos los cuales ya he perdido la cuenta de los que he podido tener. Pues nunca aprendo. Sé que cuando conozco la noticia de tener un vástago es equiparable a enterrarlos. Soy demasiado viejo.
            Siendo muchacho conocí al responsable de mi maldición. Era radiante al igual que su armadura. Su voz intimidatoria pero inundaba tu ser de seguridad. Me prometió aventuras y justicia. ¿Qué vería en mí? ¿Por qué me dejaría envejecer tantos años? Si, él era el único hijo del pájaro de fuego y desde que supe de la leyenda de ellos, siempre pensé que él era el mismo dios Fénix. Me entregó una armadura idéntica y una capa plata. Así me llamaron “Plata” pero en estos años, después de mil quinientos años y haber viajado por todo el mundo buscando su rastro invisible. Ya nadie me recuerda con ese nombre.
Sé que ha llegado el momento, estoy decidido. Yo seguiré su cometido. Destruiré a “Plata” y seré “Rojo”. Haré el último viaje y culminaré aquella misión que dejaste abandonada en los principios de los tiempos. Pobre de aquél que se interponga en mi camino sea del color que sea y de la raza que naciera.

            El fin del apocalipsis se acerca.    

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